I ara, què?

Tindrem nou Honorable, nou Govern i… i no sé què ens portarà. CiU va escombrar però, per sort, no va aconseguir la majoria absolutista, concepte que crec que s’hauria de prohibir. L’absolutisme… no va morir amb l’Antic Règim? Per què es manté?

En Mas deixava entreveure un possible govern d’unió nacional. Un govern fort. Big Government que en diuen. I com a llibertari, tot el que soni a “govern fort i de concentració” em preocupa bastant. I si a sobre hem de confiar en què l’intervenció governamental ens tregui de La Crisi, anem malament.

També em preocupen els nous populismes que arriben, com alguns que ningú volia veure ahir nit. Fins i tot agnòstics i ateus resaven. Però una cosa és un big government, i una altra no deixar els espais que aprofiten la ignorància, el fanatisme i els psicòpates per a fer-se el terreny des d’on parasitar o, pitjor encara, dinamitar la societat.

Per la seva banda, l’esquerra, independentista o no, escenifica el que sempre ha sigut: un gag dels Monty Python que demostra, un altre cop, que el socialisme no funciona.

I finalment, la ventafocs Pirata, que en només 50 dies de vida ha aconseguit uns quants vots més que fans té a Facebook. La teoria es torna a confirmar. L’experiment, si se’n pot dir així, ha funcionat, però cal sortir de la xarxa i arribar al carrer. I al Maig hi ha una revàlida.

Ja és dilluns. El tsunami ha passat i ara toca fer crispetes per a seguir amb l’espectacle mediàtic d’aquesta nit. Ja em perdonareu, però tot i que volia escriu-re aquest article per no fer la falsa impressió de ser un pessimista (because nobody likes a whiner), estic cansat de tot això. De la premsa que no sap ni escriure bé el seu idioma, de paràsits que no dubten una mil·lèsima de segon en treure l’excavadora i de dirigents que s’entesten a protegir-nos de nosaltres mateixos. Tanmateix, i per què no es digui, em queda un darrer bri d’esperança.

Felicitats, President. Toca fer feina i n’hi ha molta per fer.

Terrorismo controlado…

"Malditos hippies!"
Paul Stephenson es el comisario de la Policía Metropolitana británica. El Scotland Yard que recordarán todos de la serie Willy Fogg (la de dibujos animados, y cromos en las tapas de yogur).
En dicha serie, aparecían dos agentes de la agencia policial. Dos agentes extremadamente cutres y patosos que no atinaban y no acertaban ni a la de tres.

Sir Stephenson, siguiendo el ejemplo de sus ficticios empleados, patina en su propio aceite.
Resulta que según el jefe de Scotland Yard, la población del Reino Unido se está tomando la amenaza terrorista demasiado a la ligera:

Sir Paul Stephenson said most of the country remained “relatively untouched” by terrorism, despite the events of July 7.

Es decir: se inundan las calles de Londres con cámaras de vigilancia, se lleva la policía militarizada al metro, se prohíbe llevar foie-gras, esquís, agua, papillas de verduras y tóner de impresora en los aviones… y el tío se queja de que la gente de la calle se siente EJEM-lo suficientemente segura-EJEM como para actuar normalmente.

Success, he said, was not just about preventing attacks but also about “winning and maintaining public support and confidence in our counter terrorist measures.”

¡Ahh! Ya ven. Resulta que el objetivo de toda esa bazofia de la seguridad no era tan solo para prevenir ataques, si no el de ganar y mantener el apoyo y la confianza de los ciudadanos en las medidas anti-terroristas.

Ellos mismos lo aseguran: el objetivo real es que la ciudadanía apruebe y obedezca sin chistar ni cuestionar.
Que putada que la gente te ignore. Y que coincidencia recordar a todo el mundo lo peligrosos que son los terroristas… justo en el día designado para protestar masivamente contra gran parte de esa bazofia de la seguridad.

Seguridad en aeropuertos: aprender de los que saben

Imagen sacada de un porno-matón. wewontfly.com
Imagen sacada de un porno-matón. - http://wewontfly.com
Siguiendo con el tema de la semana (me está gustando la idea), acabo de leer un enlace al periódico digital The Toronto Star sobre las medidas de seguridad en los aeropuertos… israelís.

Israel lleva 50 años, desde el primer día de su existencia, bajo amenaza terrorista a diario. Aún así y pese a sufrir algún que otro ataque, por lo general los israelís son gente tranquila que vive su vida sin demasiado miedo. Y eso es debido a que los israelís confían en sus defensas. Confían en su policía, en sus agentes y en su servicio de inteligencia porque trabajan para ellos y hacen un buen trabajo: mantienen la normalidad.

Aún sabiendo que no todo será tan bonito como lo pintan (tengo que preguntar a un amigo que estuvo allí este verano), no se si montar en cólera al constatar, otra vez, que lo que se hace en los Estados Unidos, Europa y en gran parte del mundo es darle a los terroristas lo que pretenden: que se modifique nuestro ritmo de vida mediante el miedo.

Los usuarios del aeropuerto Ben Gurión tardan un máximo de 25 minutos en desplazarse desde su vehículo o autobús hasta la sala de embarque. Sin colas, sin cacheos (ni tan solo de realidad simple), sin porno-matón… pero atravesando seis líneas de seguridad.

Las dos primeras están formadas por soldados profesionales armados que te preguntan quién eres y de donde vienes, la tercera antes de llegar al mostrador de facturación, en la que otro profesional te hace una pequeña entrevista de 20 o 25 segundos de duración: “¿Has hecho tu las maletas? ¿Las has tenido todo el rato contigo?”. En la zona se evitan las aglomeraciones y la formación de grandes núcleos de personas que puedan convertirse en punto de interés para alguien con malas intenciones.

En el mostrador de facturación, se escanean las maletas inmediatamente. Las áreas de escaneo están especialmente construidas a tal efecto: unos cristales a prueba de bomba (literalmente) que soportan una detonación de hasta 100 kilos de explosivo plástico rodean cada zona, por lo que en caso de amenaza, solamente hay que evacuar unas 30 personas, dónde evacuar = trasladarse a unos 20 metros de distancia. Seguidamente, el personal especialmente entrenado para operar los detectores pondría la maleta sospechosa en una caja blindada, en un par de minutos llegaría la brigada anti-explosivos y se llevaría la caja con la maleta a una zona de seguridad. Mientras tanto, el aeropuerto seguiría funcionando con normalidad.
En un aeropuerto norteamericano o europeo, la misma situación comportaría evacuar miles de personas dispersas por unas cuantas terminales: gente corriendo, pánico, pisotones, avalanchas… y el aeropuerto entero cerrado a causa de un falso positivo causado por un bote de plastilina.

Una vez superado el mostrador de facturación y con el equipaje debidamente escaneado y embarcado, se llega a la famosa zona del control de seguridad.
Y en ese control no hay colas. ¿Por qué? Pues porque no se buscan líquidos sospechosos, no te hacen quitar los zapatos ni el cinturón, no buscan latas de foie-gras escondidas ni raquetas de tenis…. no se busca nada de lo que aparece en las listas de elementos sospechosos. Se observa al pasajero. Y se observan su comportamiento y sus ojos que, según Rafi Sela, el entrevistado consultor experto en estos temas, es la forma de distinguir un simple pasajero de una persona llevando 25 kilos de C4.

Y como decía al principio, lo primordial es estudiar y analizar las amenazas en base a la realidad. Si lo que se quiere es mantener la normalidad y la seguridad de los ciudadanos, no queda otra que trabajar en esa dirección.
Otra cosa es que lo que se busque sea aplicar la teoría de la paranoia y el miedo, instaurar el “todo el mundo es sospechoso, incluso superados los controles de seguridad y se demuestre lo contrario” y amenazar a los que nos neguemos a pasar por ese aro, ese aro de metal que cuesta demasiado dinero, que pagamos nosotros y que nos saca fotos en pelotas para el particular casting porno que luego hacen los vigilantes. ¿Quién es el terrorista?

Como asegura Rafi Sela, el malestar de los pasajeros y ciudadanos, evolucionado a mala hostia de verdad, podría ser la chispa necesaria para cambiar de modelo y empezar a aplicar uno que funcione de verdad. Al menos, empezar a plantearnos si las medidas actuales funcionan, realizar auditorias de seguridad y, las que no funcionen, descartarlas para siempre.

¿Para cuando un Opt-out day por estas longitudes?

Nou periodisme

Ara comprarem iMacs
Un nou diari recorre Catalunya. Es tracta d’Ara, el nou projecte de Carles Capdevila, Toni Soler, Albert Om et al.

El llançament d’aquest nou diari ha aixecat una expectació tremenda. Tothom hi diposita moltes esperances, i la cosa arriba fins a nivells insospitats. De fet, expectació no seria la paraula adequada, sinó fal·lera.

Publicitat Institucional:

De moment, i abans de fer cap edició, ja es poden consultar algunes cosetes a la web com les previsions de tirada inicials (11.000, no està malament), els diferents tipus de subscripció, el manifest fundacional, algun toc humorístic i que serà un diari orientat a format digital (això d’emetre continguts en formats paper, web, iPad, newsletter… com a novetat em provoca un petit somriure).

Després podem visitar la secció de Bones Pràctiques. Una secció innovadora –i benvinguda–, on el que més m’ha sorprès ha sigut veure una pàgina dedicada a les subvencions, on es comenta la postura del diari al respecte: no només s’hi apunten (a totes les possibles), sinó que les defensen i promocionen.

Finalment, una nova secció que he descobert ara mateix, la subscripció durant 40 dies al preu de 40 euros. Molt bíblic tot, per cert.
Aquesta subscripció, segons informa el mateix diari, dóna accés als suplements Time Out Cultura, Criatures i Emprenedors, accés a una zona exclusiva al web, a l’edició iPad (es podrà llegir l’Ara en dispositius lliures de DRM? Vindrà l’Ara lliure de DRM?) i també a una newsletter exclusiva. I aquest preu és després d’aplicar un 30% de descompte.

I no puc dir res més, ja que fins a final de mes no començaran les emissions.
Tot i això, Ara ja és un èxit. Abans de treure cap edició, és a dir, abans d’engegar les impremtes, ja ha guanyat 1 milió d’euros (perdó, 980.000), provinents de les subvencions que comentava abans (se’ls ha de reconèixer el fet que ho diguin en veu alta. Almenys ara sé on van part dels meus imposts). Si li sumem les subscripcions bíbliques, la cosa pot pujar una miqueta més encara.

Des d’aquí la meva felicitació a l’equip directiu. El diari ja és un èxit comercial. Ara haurem de veure el contingut periodístic.

PD: Senyors d’Ara, aprofito per oferir els meus serveis com a redactor, crític, humorista o el que faci falta. Oju, oferta seriosa.

Reunión de filósofos

Llego a casa, abro el twiter y en el repaso encuentro una noticia sobre un posible fin de las tarifas de roaming en la Unión Europea.

El segundo párrafo empieza así:

“El próximo mes se celebra una reunión entre el presidente de Portugal, Sócrates, y Zapatero.”

Me quedé de piedra. Que gran cumbre, Sócrates y Aristóteles Aristófanes, debatiendo sobre el futuro de las tarifas de comunicación a través del éter.

Por cierto, que para asistir a la reunión del próximo mes, si que haría falta un poquito de éter…

¿Sueñan los editores con libros electrónicos?

Uno de los obstáculos con los que se encuentra el usuario de e-book/libro electrónico, es la disponibilidad de contenido.

Hasta hace relativamente poco no empezaron a aparecer portales dedicados, como puede ser Leqtor (aunque venda productos con DRM a precios abusivos), o Amazon (aunque también venda productos con DRM a precios abusivos) y Barnes & Noble por decir dos grandes tiendas, u otras más pequeñas como O/R Books, que a diferencia de las tres anteriores, cuando les compras un libro en soporte electrónico te mandan por correo un fichero comprimido con los formatos pdf, epub, mobi, prc y para Mac… que luego podrás ver en cualquier dispositivo que tengas en la actualidad, o en el futuro.

Son solamente cuatro de los múltiples modelos que existen, y que se ha demostrado que, a su modo, funcionan. El formato electrónico no va a matar al formato papel, ni a los escritores. Aunque seguramente se lleve por delante a algún intermediario que no haya sido capaz de adaptarse, como ya pasó antes con la imprenta.

Quien no muestre adaptabilidad terminará muriendo de inanición, por decirlo de algún modo. Serán aquellos que no quieran ver la realidad y prefieran inventarse datos apocalípticos (sigo negándome a enlazar al intento de reportaje de El País). Serán aquellos que permanezcan a la sombra de los muros que ellos mismos han levantado para intentar evitar algo malo y terrible… que solo existe en sus mentes.

Por contra, y para demostrar que existe vida editorial tras los libros electrónicos, hay quien escribe artículos y reportajes fundados y documentados, como el del periódico argentino La Nación titulado “Libros del futuro“, que pude leer gracias al aviso del Libro de Notas.

Solamente hace falta comparar los dos títulos para saber quién tiene muchos números para seguir adelante y quien los tiene para terminar, antes o después, tirado en la cuneta haciendo auto-stop.

Pero si nos adentramos en el Reportaje, podemos ver cómo el formato papel puede seguir generando nuevos modelos de negocio, además de los que vienen con los formatos digitales.

Un ejemplo son los libros con Realidad Aumentada, como los que ya tiene disponible en su catálogo la editorial boneairense Mano Escrita, aplicando tecnologías ya disponibles desde hace un par de años.
Otro es el de la editorial Moebius que, a parte de producir libros especialmente orientados a ‘pantalla’, añadió música, vídeo y, ahora, animaciones, junto con la opción de dejar comentarios para otros lectores o incluso el propio autor del libro.
Todos modelos que funcionan y que ya están aquí para el que quiera adoptarlos.

Repitamos: la digitalización no va a matar al formato papel. Las editoriales lo tienen facilísimo, ya que para poder editar un libro en papel hoy en día, el paso previo es tener el archivo digital. No representa ningún trabajo extra. Solamente necesitan maquetar un poco (no demasiado), y pulsar en la opción “Guardar como” para tener un formato e-book básico no-editable.

Pero algunas editoriales prefieren jugar a la escasez, rechazando frontalmente el poner a disposición de sus clientes un formato/producto adicional.
Eso cuando no ponen a la venta el soporte electrónico a precio muy parecido, o incluso superior, que su versión tradicional en papel, y muchas veces vendiendonos una licencia para leer dicho libro en un número limitado (y muy bajo) de dispositivos electrónicos, debiendo pedir permiso cada vez que queremos cambiar de pantalla de lectura. Ah, y no hay que olvidar que actualmente, los libros electrónicos son productos de casi-lujo, tributando al 18% de IVA frente al 4% de sus hermanos de papel.

Y todo ello pudiendo facilitar nuevos productos que, aunque a las editoriales les cuestan 0, podrían poner a la venta por, digamos, entre 1 y 5 euros y ver como las ventas de e-books suben y suben como la espuma.

Pero al jugar a la escasez, no dejan otra opción que empezar a digitalizar nuestros libros en casa, ya que por mucha nota de copyright, cuando se compra un libro, pasa a ser propiedad de uno y se hace lo que se quiere con él.
Y como con los libros en papel, los libros en formato electrónico también pueden dejarse.

Esa presunta inundación de libros pirateados de la que se quejan ciertos sectores es el mayor síntoma de que existe un sector de negocio claramente sin explotar.
Si los editores elijen no explotarlo, es su problema. No pueden quejarse por una cosa y su contraria, y mucho menos en el mismo párrafo. Y menos aún con datos inventados.

Derechos de autor y consentimiento informado

Que todo cristo se está apuntando al rollo del copyright para intentar forrarse a costa de los usuarios clientes nuestra no es noticia.

Que lo haga una clínica dermatológica… pues igual si…

Resulta que la clínica de Minneapolis Crutchfield Dermatology pide a sus clientes que les cedan absolutamente todos los derechos de autor de todo aquello que escriban en Internet o cualquier “medio de comunicación de masas“, ya sea en blogs, comentarios y cualquier otro sistema de publicación.

La razón por la que el Dr. Crutchfield quiere gestionar los derechos de sus pacientes es porque tiene miedo de que escriban malos comentarios que puedan dañar su reputación…

Alguien debería decirle a este señor que intentar impedir que la gente hable, por si acaso hablan mal de ti, es una idea completamente inútil. Decirles a tus clientes que si quieren que les atiendas, previo pago de la consulta de un dermatólogo privado (factura que intuyo no será para nada barata), deben renunciar a escribir nada en internet, o cederte sus derechos a perpetuidad, es totalmente imbécil.

Seguidamente, pego un fragmento de la licencia que este doctor impone a sus pacientes y que merece un reconocimiento especial en mi colección de licencias y notas de copyright absurdas. La negrita es mía.

“In consideration for your medical care and the additional patient protection, described above, by signing this document you or your legal ward agree to refrain from direct or indirect publication or airing of commentary about Crutchfield Dermatology and Dr. Crutchfield’s practice, expertise or treatment except in the manner provided in the preceeding Patient Satisfaction Agreement Procedures. You recognize that Crutchfield Dermatology has made significant investments to develop Crutchfield Dermatology’s practice and reputation for outstanding care, and that published comments on the internet or through mass correspondence may severely damage Crutchfield Dermatology’s practice. By this agreement, you grant all copyright ownership in any and all published statements, comments, blog postings, and any other communication made by you outside of the Patient Satisfaction Agreement Procedures. You further agree that Cruthfield Dermatology is entitled to equitable relief to prevent the initiation or continuation of publishing or airing of such commentary regarding Crutchfield Dermatology’s practice, expertise, or treatment.

Crutchfield Dermatology reserves the right to modify any policies without notice.”

(Visto en BoingBoing)

La nueva industria del copyright

Los derechos de autor y su gestión están constituyéndose en un nuevo sector de generación de empleo beneficios muy sustanciosos, y todo gracias a los nuevos modelos de negocio.

Pero hoy no hablaremos de los modelos que implican creatividad y trabajo propios, no. Hoy veremos cómo se puede ganar mucho, muchísimo dinero con muy poco esfuerzo.

Tanto en los Estados Unidos como en Gran Bretaña, están apareciendo un montón de nuevas empresas que aportan grandes dosis de innovación al sector. Éstas empresas, conocidas como de detección P2P, trabajan a las ordenes de despachos de abogados cuyos clientes son, mayoritariamente, productoras de cine.

Básicamente parasitan las redes P2P. Pero en vez de intercambiar contenidos, rastrean dichas redes en busca de usuarios que intercambien ficheros. Una vez tienen a sus objetivos marcados, le pasan una lista con direcciones IP a los abogados, que lanzan una denuncia contra los infractores desconocidos. El juez concede una orden que fuerza a los proveedores de acceso a Internet a averiguar los datos personales relacionados con esas direcciones IP: nombres, apellidos y direcciones postales.

Con esos datos en la mano, los abogados simplemente mandan una carta de amenaza y chantaje a los infractores, ahora conocidos, pidiendo una suma de dinero para evitar pasarse años de juicios y pagar multas de hasta 150.000 dólares por infracción. Y la lista de infracciones seguramente no sea de media página.
El ratio de conversión, es decir, el ratio de amenazados que optan por plegarse a la amenaza y aflojar la mosca, es de entre un 15 y un 20% en el Reino Unido.

Pero, ¿quien es el beneficiario final del dinero? Lo lógico sería pensar que el contratante original, es decir, las productoras de cine que han contratado a los abogados… Pues va a ser que no, ya que en una adaptación de aquellos papeles que uno se encuentra a veces en la ventanilla del coche, en que una empresa gestiona la anulación de las multas y solamente cobra si se gana el proceso, las productoras no pagan absolutamente nada, y los abogados les entregan un porcentaje de lo que consigan.

¡Sound business, amigous!

La RIAA (Recording Industry Association of America) realizó unas 18.000 denuncias en un periodo de cinco años. Por su parte, los nuevos emprendedores del copyright sobrepasaron en tan solo nueve meses.

Como puede verse, la innovación en el mundo del copyright está en el orden del día, y lo que empezó como pseudo-empresas de chantaje por lo bajini, pidiendo sólo 400 dólares, ha pasado a profesionalizarse completamente ya que, en algunos casos, por menos de 1500 no se mojan.

Y claro, aplicando economías de escala de 1500 en 1500 y con conversiones de entre el 15% y el 20%, éste nuevo sector económico se presenta muy pero que muy tentador. Como dice Sonia en estos casos, estamos perdiendo pasta.

Quien sabe, quizá sea ésto lo que saque a los países de la crisis…

(Visto en Ars Techica)