No hay más ciego que el que no quiere ver

civi

Camino al barranco
Estos días leo que se ha abierto un ejem-debate-ejem entre representantes de la Industria Cultural y de la sociedad digital, entre los cuales está la Asociación de Internautas, que lleva años dando la vara con temas, por ejemplo, como la recordada Tarifa Plana.

Una vez hecho el recordatorio, para los recién llegados y los que últimamente preguntan acerca de dicha asociación y de su función, quisiera dejar claro que al debate le veo poco futuro. ¿Pesimista? No, cansado. Ya sea por las fechas u otra cosa. Pero tras todo el percal de hace unos días, la cacareadísima Ley Sinde que tantos festejaron haber tumbado, ya vuelve a coger aire… de las manos de, oh sorpresa, los dos partidos mayoritarios en el Parlamento.
Y no solo eso, si no que a parte del Aquí No Dimite Ni Dios™ al que, patéticamente, ya estamos acostumbrados en éste país de pandereta (y ayer explicaba el por qué), los hay que hablan abiertamente de insumisión fiscal. Oye, pues mira tu que me alegro y ojalá la cosa marche. Éste verano me ahorraré unos eurillos yo también.

Pero mientras sigue el banquete de zombies, mientras las hojas no dejen ver el árbol y mucho menos el bosque, la Industria del Ocio, el Ministerio de la Industria Cultural y Los Creadores™ seguirán dejando pasar oportunidad tras oportunidad… tren tras tren…

Hablando de trenes…

Si no sabes quién es Richard W. Sears, no eres un “emprendedor”. Deberás volver a la escuela y repetir todo el ciclo educativo… eeemmm… venga, como estoy de buenas, solamente tenéis que ver el capítulo 6 de la serie America: the story of us (serie tremendamente recomendable por otra parte)

Allá por 1886, Richard Warren Sears trabajaba como agente-telegrafista en una línea de ferrocarril en Minnesota. Un envío de 2500 relojes de bolsillo de oro llegó a la estación donde trabajaba. Como nadie lo había pedido y nadie los reclamó, decidió comprarlos todos. Luego ofreció los relojes a sus colegas ferroviarios usando el telégrafo… y los vendió todos a 14$, ganando 2$ por reloj. 5000$ de beneficios, limpios… en 1886.

El éxito de la venta estuvo en la capacidad de Richard para observar y reconocer las oportunidades: en aquella época, finales del siglo XIX, los relojes de bolsillo se consideraban una muestra de sofisticación urbana. Por otra parte, debido a la reciente conexión de ambas costas americanas mediante el caballo de hierro, se empezó a aplicar, también allí, lo que hacía unos años se aplicaba en Inglaterra: los husos horarios.

Ya en 1840, la Great Western Railway inglesa sincronizó, por primera vez en la historia, una serie de horas locales en diferentes pueblos de Inglaterra con un horario estándard, el Greenwich Mean Time.

Diez años más tarde, lo que en Inglaterra se conocía como Railway time, se empezó a aplicar en América para configurar los horarios y sincronizar las cinco líneas de ferrocarril que cruzaban los 6000 kilómetros entre costa y costa del continente.

Entre la necesidad laboral del uso de nuevos relojes más precisos entre los agentes ferroviarios, y que éstos relojes eran considerados un lujo y proporcionaba estatus social a los habitantes de la América rural, Richard los vendió todos en seis meses, ganando 10 veces su salario en el ferrocarril. Compró más relojes e inició un servicio de venta por correo a lo largo de la línea de Minnesota.

Richard Sears vió aún más claras las oportunidades que ofrecía el ferrocarril para la venta y distribución de mercancías. Y así fue como nació la venta por catálogo, y se fundó Sears Roebuck & Co., el mayor distribuidor minorista de los Estados Unidos de América, hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Sears empezó vendiendo relojes de bolsillo. Alvah Curtis Roebuck, relojero, primer empleado y finalmente socio fundador, se dedicaba a reparar aquellos relojes que eran devueltos. Y luego se incorporó Julius Rosenwald, sastre, lo que amplió la oferta del catálogo.
Relojes, ropa de señora y caballero, arados, bicicletas, neveras, pianos, bombillas… con un catálogo de 700 páginas. Vendían de todo y, menos a su puta madre, vendían mogollón.

Richard asoció las redes descentralizadas, ferrocarril y telégrafo, y vio clara la oportunidad: Sears Roebuck & Co. podía vender cualquier cosa y mandarla de Boston a California en poco menos de una semana.

Cien años y pico más tarde, hoy leo en el New York Times que Sears se ha subido al carro de la venta y alquiler de películas mediante streaming.

Mientras aquí los hay que echan en falta los buenos tiempos, por todo el mundo van saliendo nuevos negocios que solamente los que tengan vista podrán aprovechar. Hace 100 años, Sears vendía 10.000 máquinas de coser usando una red descentralizada, el ferrocarril, y daba el primer paso en la creación del mercado nacional más grande de la historia. Hoy venden y alquilan películas usando la red distribuida de cables de fibra óptica: Internet.

Quien quiera ver, que vea. Los que no, van directos al barranco mientras siguen al flautista.

Criterios de civilidad

¿Que si vivimos en un País Civilizado? Me encanta que me hagas esta pregunta...
Para que un país tenga el estatus de País Civilizado hacen falta ciertos criterios. Last but not least, que el sistema político, a poder ser, sea democrático (una República estaría muy bien).

Pero hay otros que había que conseguirlos tiempo atrás en la historia. En plan tradición. Como en Tradición Democrática®. Entre éstos, y no menos importantes, están la gastronomía, la cultura propia, la música tampoco está mal, tener sentido del humor…

Pero uno de los más importantes, es la capacidad de los habitantes del país candidato a sublevarse contra sus propios dirigentes en caso de abuso.

Si vamos atrás en la historia, por ejemplo hasta la República Romana (por lo de civitas y eso), podemos ver que cualquiera de los cargos electos tenia un gran impedimento para aplicar la Redistribución de la Riqueza® a sus anchas, es decir, robar pasta pública y/o beneficiarse y/o abusar de sus gobernados. Y ese impedimento era que, de camino al Senado o a su lugar de trabajo, podía encontrarse con cualquier hijo del vecino que le partiera o partiese la cara, o en el peor de los casos, enchufara la puñalada trapera.

Y eso aplicaba desde el aedil más tirado hasta los mismos Cónsules de la República. Y si no, que le pregunten a Julio Cesar.

Pero el tiempo pasó, las estructuras de gobierno se complicaron y los eslabones más altos de la cadena de mando fueron aislándose más de la base popular, más que nada para protegerse la faz.

Y entonces subió al trono de Inglaterra un tal Carlos I que, entre otras cosas, tiene en su poder (aún) el récord de ser el Rey de Inglaterra más bajito de la historia (as seen on Wikipedia).

El padre de Carlos, Jacobo I (conocido como el tonto más listo de la Cristiandad), creía firmemente en los Derechos Divinos® de los reyes, o lo que es lo mismo, en que Dios mismo ungía como Rey a quien le salía de las barbas, y sus designios, aún cuando eran inescrutables, también eran infalibles.

Pero Carlos no era como su padre. Creía, como él, firmemente en sus derechos divinos y, además, era un sobrado. Cuando necesitaba dinero, empezaba a poner multas a diestro y siniestro, hasta que el Parlamento le dijo que “ya vale”. Así que Carlitos disolvió el Parlamento y gobernó en la forma de monarca absolutista durante 11 años. A parte, impuso a los escoceses un nuevo libro de plegarias, lo que propició que Escocia invadiera formalmente Inglaterra.

Finalmente, Carlos se presentó de cuerpo presente en el Parlamento, acompañado de 300 soldados, para arrestar a 5 parlamentarios que le llevaban la contraria.

Siguiendo la tradición de la dinastía Tudor
Y así fue como, junto con otras muchas razones, empezó la Guerra Civil de Inglaterra. Tras cuatro años de escaramuzas entre, por un lado el bando de los leales a Carlos y a la monarquía, y por el otro una alianza entre el Parlamento inglés y Escocia, Carlos tuvo que rendirse… pero prefirió hacerlo ante los escoceses que rebajarse a una rendición ante el populacho.

Finalmente, Carlos fue juzgado y condenado a morir al estilo Tudor, esto es, por separación súbita del cuerpo y la cabeza mediante aplicación de la ley de la gravedad en un hacha.

Le cortaron la cabeza el 30 de enero de 1649 por haber declarado,

de forma maliciosa y a traición, la guerra contra El Parlamento® y El Pueblo® en él representado.

El líder de la revuelta, el puritano Oliver Cromwell, hizo una reforma democrática consistente en sustiruir la monarquía hereditaria por el título de Lord Protector y Capitán General de la Commonwealth, que, casualidades de la vida, acabó recayendo en él mismo y también de forma hereditaria.

Ya en 1661, tras la restauración de la monarquía con Carlos II y tres años tras la muerte de Cromwell, el hijo del rey descabezado le quiso organizar un reconocimiento póstumo y público, en reconocimiento por los servicios prestados al país, así que el cuerpo de Cromwell fue exumado, encadenado y decapitado, permaneciendo su cabeza clavada durante 20 años en una pica en los alrededores de la abadía de Westminster.

Y todos conocemos la historia posterior de Gran Bretaña, el Imperio Británico o Inglaterra, país que ha sido capaz de juzgar a unos cuantos de sus reyes por traición, y como vemos, de llegar hasta el final.

Quand vous allez pop n'ya pas d'arrêt (lema no oficial de La Revolución®)
Luego también tenemos países como los Estados Unidos de América, con los casos de Abraham Lincoln y John Fitzgerald Kennedy.

También Francia con su propia revolución, aunque con mejoras tecnológicas: en lugar de aplicar violencia mediante hacha à la Tudor, y como había mucha tela que cortar (y por que negarlo, a causa del chauvinismo francés), automatizaron un poco el proceso en lo que fue uno de los primeros pasos de la Revolución Industrial, lo que permitió aumentar la productividad y, tras pasarse por la piedra a Luis XVI y María Antonieta, la cosa se fué un poco de las manos y quedó en un stock total de entre 11.000 y 44.000 decapitados. 500 arriba, 500 abajo…

Durante el proceso, hubo más de uno que hizo el comentario de

Ésto es un no parar…

Pero como decía al inicio, las tradiciones había que crearlas hace ya años. En España EH!paña Zombieland tuvieron su oportunidad con Alfonso “el piernas” XIII, que en olerse el percal, decidió exiliarse.

Aún así, las Cortes de la República Española se limitaron a declararlo fuera de la ley, privarlo de paz jurídica, degradarlo de todas sus dignidades, derechos y títulos y requisarle todos sus bienes. Vamos, que le dijeron que no le ajuntaban.

La sentencia de las Cortes de la Segunda República Española constata, otra vez, que España siempre fue un país de Señoritos y que El Pueblo® nunco tuvo la resolución suficiente como para llegar hasta el final, el requisito que te otorga el reconocimiento de por vida como un País Civilizado y te separa de los pueblos bárbaros.

La Historia no perdona, y cuando se pierden algunas oportunidades, es imposible volver subir al tren.

Consultoría pragmática #2: Ley de Economía Sostenible reloaded

El siguiente artículo fue escrito ayer 21 de Diciembre, más o menos a eso de las 20h de la tarde, justo antes de la votación de la LES. Aún siendo rechazada en la sesión de ayer, hay que recordar que el trámite no se acaba aquí. Solamente ha sido el primer gran asalto de unos cuantos que vendrán. No es por joder, pero hay que recordar dos cosas: cual fue el proceso de las patentes de software y que la Ley Sinde no es más que la continuación del camino que se abrió con la LSSI-CE (Ministra Pirulés) y continuó con la LISI (Ministro Clos).

Hola amigos y amigas. Continuamos la serie de la Consultoría Pragmática, una serie dedicada a remarcar la necesidad de una visión objetiva de la realidad, como de hecho no pudiere ser de otra forma. Aún así, por causa de una especie de Efecto 2012, que está convirtiendo a la población en zombies, es necesario mantener la cabeza fría y mirar los hechos tal y como realmente son.

Hoy trataremos la manida Ley de Economía Sostenible, más concretamente, su Disposición Final, artísticamente conocida como Ley Sinde.

No subestimes el poder del lado oscuro...
Según informa la mayoría de la prensa, la Ley Sinde va a acabar con la piratería (la patria, la somalí y la del estrecho de Malacca), las Descargas Ilegales©, los contenidos no aptos para mentes bienpensantes, la pederastia, el hambre en el mundo y El Calentamiento Global©, entre otras muchas cosas.

El debate de la calle, de los periódicos y de las tertulias en los medios gira tan solo entorno a uno solo de los múltiples objetivos de la ley: acabar con las descargas ilegales excusándose en la protección de los derechos de autor . Y bajo esta premisa, autores, editores y tertulianos no han dudado en atizar el fuego contra la red, la ancha red a la que acusan de quererlo todo gratis.

Pero lo que estos autores, editores y tertulianos han obviado es una cosa muy importante: que tras el concepto “defensa de los derechos de autor” se esconde una arma muy poderosa: la posibilidad de

  • silenciar rápidamente cualquier medio digital, sin necesidad de pasar por un juez
  • y, ya de paso,

  • fomentar la auto-censura preventiva del resto de medios digitales

Pregúnteme cómo

La Disposición Final de la LES crea la figura de la Comisión de Propiedad Intelectual©. Dicha comisión estará formada por personas que no necesitarán ningún tipo de experiencia previa en el sector, que serán nombradas por El Gobierno©, pero seleccionadas por representantes de La Industria Cultural.

La Comisión de Propiedad Intelectual© recibirá peticiones por parte de autores, editores, tertulianos o representantes de la Industria Cultural, solicitando que se eliminen ciertos contenidos de cierta web, debido a que se infringen derechos de autor. Ahora bien: ¿quien podrá denunciar qué? Es decir, ¿podrán las entidades de gestión españolas denunciar Contenidos Ilegales® de autores a los que no representan? ¿Podré ir yo y delatar al vecino de al lado que no me deja dormir los viernes por la noche?
La legislación norteamericana en la que se basa la Disposición Final de la LES, como la Digital Millennium Copyright Act, permite que una simple denuncia por infracción cause la retirada ipso-facto de los contenidos…

El hecho es que con la Disposición Final de la LES, toda página web es susceptible de cometer un Delito Contra la Propiedad Intelectual©, lo que nos convierte a todos en delincuentes, antes incluso de empezar a hablar.

Case study: Julian Assange y Wikileaks

Julian Assange, co-fundador de Wikileaks, ha recibido solamente dos acusaciones. Una de ellas, no la más importante / rastrera que es la de rotura de condón violación. La otra, que los documentos que Wikileaks está publicando desde el pasado 28 de noviembre constituyen infracción de copyright.

Esta última acusación, que, recordemos, ni si quiera ha sido en firme, ha sido la que movió primero a EveryDNS a borrar de sus tablas el dominio “wikileaks.org” (bueno, ésto y el miedo a que les frieran los servidores a base de Ddos), luego a Amazon.com a botar de sus servidores la web del Cablegate, y más tarde a Paypal, Visa, Mastercard y otros bancos a congelar cuentas y no permitir donaciones respectivamente.

La Moraleja (del cuento, no la urbanización)

El caso Wikileaks es reciente. Tan reciente como hace dos semanas. Hay que tener en cuenta que, si bien no se ha interpuesto ninguna acusación formal por infracción de copyright, hay que tener muy en cuenta los movimientos de Amazon, PayPal, Mastercard, Visa y demás, que ante la posibilidad de verse metidos en un embrollo de Propiedad Intelectual® han preferido cerrar chiringuitos a la brava.

Al no tratarse de acusaciones formales, no creo que esto cree jurisprudencia, pero lo que si que nos da es una idea de lo que puede pasar en caso que se apruebe la Disposición Final de la LES, que cualquiera pueda presentarse ante la Comisión de Propiedad Intelectual® del Congreso de los Diputados Ministerio de la Industria Cultural y decir que tal o cual página,tenga el contenido que tenga, infringe los derechos de autor. Una sola foto o cita publicados sin la autorización previa del autor (o del editor en el caso de libros) puede causar cierre.
¿Que los servidores están fuera del territorio nacional? Tranquilos, que el ACTA se encargará del resto.


Foto: EFE

Las hojas no dejan ver el árbol

Vuestra falta de apoyo resulta molesta

Hoy que he tenido turno de mañana, tenía miedo de perderme el percal de la aprobación de una ley mediante la no-votación en el Congreso de los Diputados. Bueno, más o menos…

Total, resulta que llego a casa y, de camino, oigo en la radio que la votación se suspende hasta eso de las 21h, con partidos de fútbol en marcha. Supongo que por seguir con lo del pan y circo.

Lo que me ha, digamosle, molestado, mosqueado, asqueado, y otros adjetivos similares, es a primera hora de la mañana, en los programas matinales decían que “La Ley Sinde se vota hoy en el Congreso“.
Tal y como he corregido mediante correo electrónico al “programa líder de audiencia de las mañanas” (y como todos se adjudican el título, vete a saber a quién le mandé el email), la Ley de Economía Sostenible, junto con su Disposición Final, se iba a aprobar en una Comisión de Economía, sin debate ni votación en el Parlamento.

Luego, ya de vuelta a casa, podía escuchar a los tertulianos, entre ellos a un director de cierto nuevo periódico 100% digital, decir que “aunque algo falla, no hay para tanto y hay que proteger los derechos”. No ha especificado cuales ni de quien, así como tampoco ha demostrado saber qué más implica dicha Disposición Final, especialmente los “órganos administrativos designados por la industria cultural que tendrán potestad para clausurar webs sin necesidad de mandato judicial” y las posibles aplicaciones a medios de información digitales.

En fin. Otra más de periodismo de investigación en ese país llamado Zombieland, en que mientras un grupo de zombies se dedica a agitar unas cuantas ramas con muchas hojas, el resto es completamente incapaz de ver, ya no el bosque, si no un solo árbol.

Post Data: todo este post ha sido una excusa barata para colar la foto de Darth Sinde. La vi esta mañana y me enamoré. De la foto.


Foto: EFE

Pasando de todo

Vengo en son de paz
Mañana está prevista la aprobación en comisión extra-parlamentaria de la Ley de Economía Sostenible.
Concretamente, se aprobará en una Comisión de Economía.

¿Por qué? Pues porque el PSOE necesitará mayoría absoluta de 176 diputados, ya que la ley viene acompañada de una norma complementaria de carácter orgánico, que modifica la legislación relativa a la formación profesional, Educación y Poder Judicial. Y podría no tener esos 176 votos.

¿Qué quiere decir todo esto? Pues que el Gobierno de EH!paña Zombieland se saltará otra vez, por sus caras bonitas, la legalidad vigente de su propio país y legislará por decreto, sin necesidad que las SS, Sus Señoridas (con “d” de desvergüenza e imitando a Chiquito de la Calzada, ese gran exponente del país) justifiquen sus blindados sueldos y pensiones teniendo que votar la cosa. Como en cualquier país de dudosa legalidad democrática. ¿Que dicen? ¿Que el proceso es legal? Si, si. Legalísimo. Tan legal como las elecciones en Cuba. Tubo bom, tudo legal meus amigos.

La verdad es que todo el rollo me recuerda a los viejos tiempos, cuando se vendía gato por liebre y se intentaban colar directivas europeas sobre software en la Comisión de Agricultura, o las Enmiendas Torpedo que se votaron en pleno verano

¿La diferencia? Pues que Europa contiene algún país más o menos civilizado. Por el contrario, los sucesivos Gobiernos de EH!paña siempre han seguido una constante: no respetar ni sus propias normas. Desde 1492. Y no me negareis que el slogan no está chulo…

Pasando totalmente de vuestra puta cara desde siempre. Gobierno de España.

Creo que lo voy a registrar.

En fin, que como ya decíamos muchos y se ha demostrado, las Disposiciones finales de la Ley de Economía Sostenible son obra exclusiva del Departamento de Estado de los Estados Unidos de América, actuando en nombre de la industria del ocio y del entretenimiento de dicho país.

Podría poner los cientos de razones, mías o de la multitud de voces de la blogsfera, por las que la LES en si misma es extremadamente nociva, sin tener en cuenta el fondo del quién y cómo se ha redactado y el método de aprobación. Pero sería un “os lo dijimos” muuuuy largo.

Si mañana todo va mal y se aprueba la LES, habrá que dar un giro y, como siempre recordaba el Sargento de Marines Shaftoe, demostrar un poco de adaptabilidad.

Heavy metal, wikileaks, sexo y copyright: ¿vuelven los 80?

Contenido explícito no apto para mentes tiernas
Andaba yo leyendo sobre que es lo que tiene que ver el sexo con la primera gran guerra de la información contra Wikileaks cuando, de repente, me acordé de algo.

Es extensamente sabido, al menos entre la comunidad digital, que los dos grandes bastiones y puntas de lanza de los que quieren convertir Internet en algo parecido a la televisión son los derechos de autor o copyright, y la lucha contra la pornografía.

De hecho, las dos acusaciones con una ínfima base legal que se han lanzado contra Julian Assange son, precisamente,

  • que la publicación por parte Wikileaks, pero no por parte de los periódicos, de los cables infringe el copyright del Departamento de Estado, las embajadas o vete tu a saber.
  • que Assange folló con dos señoras y se le rompió el condón en, al menos, una ocasión. Y eso en Suecia cuenta como violación.

La primera acusación es la que usan como excusa Amazon, Paypal, Visa, Mastercard y todos los que han dejado tirada a Wikileaks: “la publicación de material sujeto a copyright de terceros infringe nuestros términos de servicio”. Y que un senador demócrata haga unas llamadas no tiene nada que ver. De hecho, “aquí no hay nada que ver, circulen” podría ser la frase que desean esos lobos destapados.

La segunda, se carga la figura pública de Assange, ya que hay pocas cosas peores que ser acusado de violación, como por ejemplo ser acusado de pederastia.

Lo que me recordó todo el tema fue la persecución y caza de brujas que sufrieron algunos músicos y grupos allá en los años 80.
Seguramente muchos de mi generación no recordemos el tema, ya que por aquel entonces estábamos más pendientes de la grulla de Karate Kid. Pero había un grupo de personas que estaban muy preocupadas por la decencia y la pureza de las mentes de sus hijos, ya sabeis aquello de “please, think about the chiiiiildreeeeeen!“.

Ese grupo de personas fundó la Parents Music Resource Center, una asociación dedicada a aumentar el control parental sobre el acceso de los niños a música potencialmente violenta o sexualmente sugestiva.

Una de las fundadoras de la PMRC era… Tipper Gore. Y si, tiene que ver con Al Gore, congresista por Tennessee, senador, Vice-potus y candidato a Presidente por el partido Demócrata. Fue su esposa hasta el pasado verano.

La PMRC acusó formalmente a músicos como Prince, Madonna, Judas Priest, AC/DC, Mötley Crüe, W.A.S.P., Black Sabbath, Deff Leppard, Mary Jane Girls y… Cindy Lauper (si si, la misma de It’s my party o Girls just wanna get fun).
Las acusaciones fueron desde letras satánicas o mensajes ocultos en los discos (recordáis las ‘leyendas urbanas’ de girar un disco de Metal al revés y que salgan mensajes del diablo? Pues ahora ya sabéis quien la inició…) hasta letras que promovían la promiscuidad y prácticas indecentes.
Incluso los integrantes de uno de los grupos pioneros del Metal, Judas Priest, tuvieron que sentarse en el banquillo para responder sobre su presunta responsabilidad en el suicidio de James Vance debido a un mensaje subliminal en una canción.

La PMRC, a parte de sus logros con acusaciones en falso, también es responsable de los famosos carteles de “Control Parental” como el que abre este post, y que aparecen en casi cualquier álbum editado en los Estados Unidos y gran parte del mundo.

La industria del ocio no descansa en su intención de controlar todo, y la combinación con la paranoia ultra-aséptica de los defensores de la decencia y la falsa-y-doble moral resulta temible. Así como también resulta temible que sean precisamente los buenos, los ‘progresistas’, los que intenten salvarnos de nosotros mismos, primero no dejando que escucháramos música violenta, ahora acusando de traición al que se qtreve a dejarles con el culo al aire.

Ayer fueron Judas Priest, Madonna y Cindy Lauper. Ahora está siendo Julian Assange/Wikileaks. Mañana puede ser el que no quiera decir con quien folla o deja de follar, si lo hace con las luces encendidas o apagadas o el que se bajó una edición no autorizada del Kama-Sutra o cualquier otro libro sujeto a copyright.

Los que piden la cabeza, literalmente, de Assange demuestran lo que ya se dejaba entrever: nos han convertido a todos en criminales del pensamiento, por lo que todo aquel que no defienda el orden establecido, es un terrorista.

Otra vez: hay que evitar, rechazar, ser aterrorizados.

Amazonleaks

Tras echar de sus servidores a Wikileaks, Amazon.com decidió publicar las razones de esa decisión: infracción de copyright. En ningún caso, asegura Amazon, la llamada del senador Demócrata Joe Lieberman tuvo nada que ver.

Bueno, pues resulta que uno de los periódicos en los que Wikileaks ha confiado para la publicación de los cables, nada más y nada menos que The Guardian, también usa los servicios de alojamiento de Amazon

Because shit happens… Que cosas, ¿no?

Wikileaks y la desconfianza

Una de las, digamos, premisas de libertarios, anarquistas, enemigos del estado, pecadores del pensamiento y otros sospechosos habituales, es la desconfianza por-que-si en instituciones, gobiernos y estados.

Muchas veces, estos órganos están gobernados o manejados por lobos bajo piel de cordero que no dudan en aplicar la terapia del miedo y acusar de cualquier cosa, incluso de terrorismo, a aquellos que osen siquiera cuestionar el status-quo.

Fenómenos como el ahora conocido como Cablegate ayudan, espero, a restaurar la desconfianza en las instituciones que comentaba antes. Porque ni los gobiernos ni sus miembros los gobernantes son nuestros amigos. Bueno… quizá si que lo son, pero no como cualquier buen ciudadano piense.

Pese a que lo que se está filtrando ahora sea más parecido, como mentes mucho más ilustres y conocedoras que yo andan aclarando, a una gala especial de “Sálvame”, un número extra-glamuroso del “10 Minutos” (que es el tiempo en que Belén Esteban tarda en descifrar el título de uno de los cables de Wikileaks) o un almanaque anual de lujo y tapa dura del “¡Qué me dices!”, la belleza está en el interior.

Lo bonito es que, con éste cablegate, se están destapando algunos de los lobos. Diferentes estados en todo el mundo se afanan a rasgarse las barbas, cortarse las vestiduras, llevarse las manos a la cabeza y poner el grito en el cielo por esta traición a la comunidad internacional.
Pero la comunidad internacional, como las autoridades sanitarias, no deja de ser una comunidad etérea, formada por esos mismos estados que claman venganza al ser descubiertos. En ese aspecto, tienen razón: wikileaks es una amenaza para esa comunidad internacional, imaginada, formada por entes etéreos de dudosa validez democratica (ver Comisión Europea) y que llevan obrando a sus anchas sin dar explicaciones a nadie durante demasiado tiempo.

La lástima es que Wikileaks, al menos por el momento, ha confiado en el criterio de la industria de la prensa para que sea ésta quien decida qué y cuando puede destaparse. Y como buena industria de la prensa, ésta ha optado por el glamour y el amarillismo sensacionalista, guardando en el saco temas realmente importantes y de los cuales depende la legislación de un país.

La industria de la prensa debiera tomar nota. La actual crisis, además de económica, también lo es de confianza. Y el mundo del alto periodismo de élite no está como para tirar muchos cohetes en tanto a confianza. Guardar temas que pueden influir en el futuro del país para vender más periódicos de papel nos enseña realmente qué se esconde tras “la crisis del periodismo“.

El pueblo® está descubriendo (oh, sorpresa), que los estados hablan de ellos en formas no demasiado educadas. Que se critican entre ellos y que dudan de la capacidad de algunos de los líderes.
También que cuando pintan bastos, algunos no dudan en apretar las tuercas, aunque luego se descubran otros pellejos y disfraces de corderito.

Wikileaks y el Cablegate son una especie de fiebre. Como cuando éramos niños, en que una vez superada la fiebre y muertos virus y bacterias, nos dábamos cuenta que habíamos crecido un centímetro. Pero si una fiebre no se trata correctamente, puede traer efectos bastante perniciosos.