Vientos africanos que debieran agitar conciencias europeas

Tras volver de unas cortas, necesarias y mucho más que merecidísimas vacaciones, estaba yo respondiendo un correo electrónico cuando me topé con un par de artículos antiguos, que me hicieron pensar.

Viendo como están las cosas por el norte de África, y con muchos dando voces al respecto, uno no puede… no debe… parar de pensar y preguntarse ciertas cosas, como la pertenencia de algunos dictadores cleptócratas gobernantes de países en revuelta a ciertas afiliaciones internacionales, o de la doble vara de medir que ‘Occidente’ aplica al continente africano en general.

Ahora que se habla de revoluciones, cambios de gobierno, democracia y demás, creo que también sería hora de empezar a hablar, y muy seriamente, de cosas como la PAC y de como afectan al desarrollo africano.

En uno de los artículos que comentaba, escrito 6 años atrás, decía que África es el único continente que no ha participado de la globalización. Y sus propios habitantes reclaman poder entrar. Pero desde la colonización, se les ha enseñado a mendigar. Las campañas de ayuda mandando ropa de segunda mano o comida, no solo no arreglan ningún problema, si no que los agrava y aumenta, ya que se han inundado los mercados con ropa gratis y comida barata, lo que ha destrozado las economías locales.

Hay que dejar de tratar al continente africano como “el hermano pequeño e indefenso, al que hay que cuidar y sacarle las castañas del fuego”… simplemente para lanzarle luego a las brasas. Saben muy bien cómo valerse solos.

"Cricket civilizes people and creates good gentlemen I want everyone to play cricket in Zimbabwe; I want ours to be a nation of gentlemen” - Bob Mugabe
El cambio a la democracia que puede llegar en los países norte-africanos no está mal (hasta que no lo vea…). Es bastante mejor que una cleptocracia dictatorial a manos de un fulano y sus amigotes, que llevan sentados puño en alto en la misma silla desde los años 80.
Pero para que los acontecimientos de estos días y semanas tengan realmente una repercusión a largo plazo y cuajen, paralelamente hay que parar de mandar ‘ayuda humanitaria’ y destrozar su economía. Hay que abrir mercados para que puedan empezar y continuar con sus negocios. Es necesario que licenciados en informática no tengan que poner un chiringuito ilegal de venta de fruta en un mercado para vivir, y terminen prendiendose fuego.

Quitar al presidente y poner al que estaba justo debajo de él no es un cambio: es una tomadura de pelo y es tratar de imbécil a todo el que está mirando. Es la misma mierda, simple y llanamente.
Los cambios políticos no sirven de nada si la economía de un país sigue estancada en un charco de fango espeso, mientras la casta dirigente sigue bombeando dinero a sus cuentas y la gente de la calle tiene que vivir de desguazar coches y hacer trapicheos en los mercados negros, ya que es imposible competir con los miles de toneladas de trigo y maíz subvencionado que señores como José Bové cultivan y venden a los países en desarrollo por debajo del precio de coste.

Una vez se levantan las prohibiciones, las barreras en forma de aranceles, la PAC y el resto de medidas que impiden que África pueda competir de igual a igual, incluidos los cientos de millones provenientes de la “Ayuda Humanitaria” que van a parar a los bolsillos de la casta de cleptócratas africanos, éstos desaparecerán. Hay que cortar el grifo a los ladrones, y esto se hace permitiendo que los habitantes de éstos países puedan participar libremente en los mercados globales, como hacen las empresas europeas, americanas, asiáticas y oceánicas (y algunas de Sudáfrica).

África necesita comerciar, no ayuda. Los africanos no son “negritos que se mueren de hambre” a los que hay que ayudar, si no personas increíblemente capaces a los que hay que dejar trabajar. ¿A qué tenemos miedo?

Consultoría pragmática #5: el intelectual orgánico

Tras el desayuno vino la cena, y tras la cena, la merienda de negros subsaharianos. Y obviamente, tras tanto zampar y zampar, ahora viene la indigestión.

Prólogo y análisis de la realidad para los que no quieran seguir el enlace:

Una vez hecho el recordatorio de los hechos a tener en cuenta, sigamos.

Resulta que un abogado recibió la hizo la llamada de la selva al Presidente de la Academia, Alex de la Iglesia, que además de hacer de Platón en su Academia, también es invitador de desayunos y asistente de saraos varios. La idea: trabajar por El Bien Común© y hacer una propuesta para ejem-enmendar-ejem lo in-enmendable: la Disposición Final famosa.

Tras comentar su idea al resto de invitados a los desayunos platónicos, por aquello de la representatividad otorgada por alguien que no fueron ellos (y ya sabemos que el halago debilita), éstos se desmarcaron rápidamente… aunque no lo suficiente, ya que cierta emisora radio hizo su propia sesión de wikileaking y anunció que se había llegado a un acuerdo de mínimos (que por cierto es una mierda de expresión) entre Los Internautas© y El Gobierno©.

Y entonces todo el mundo empezó a disparar y se dió el fenómeno “niebla de guerra“, que causa tremendas bajas en todos los bandos debido al ‘fuego amigo’, ya saben, cuando todos disparan contra todos.

En fin, que ahora todos se desmarcan: “yo no quería“, “a mi me liaron” o el más mejor: “dilo tu, que a mi me da la risa“.
Pero mientras pasa esto, mientras Los Internautas© los que se metieron en el fregao se dedican por un lado a lanzarse de todo y por el otro a esquivar proyectiles de los demás, el proceso sigue su curso, invisible a miradas y a preguntas.

Todo esto nos trae a colación el concepto del “Intelectual Orgánico”, en adelante IO. El IO es aquel intelectual que,

aun proveniendo personalmente de una clase superior, puede optar por el compromiso con la condición de los más desfavorecidos, trabajando intelectualmente para ellos como intelectual orgánico, lo que incluye su desclasamiento.

Este fragmento de teoría marxista se podría resumir, usando palabras del mismísimo Marx, en tan solo tres palabras: El Tonto Útil, en adelante Tonto Útil©. Son aquellas

personas que al luchar por un ideal pueden transformarse en instrumentos de otros grupos políticos.

Por lo general, una vez terminan su labor, acababan fusilados, disfrutando de una visita guiada a Siberia o crucificados colectivamente (e incluso así seguirán los problemas).

Es exactamente lo que le está sucediendo, mientras escribo éste post, a Brian de Nazareth David Maetzu, que está siendo acribillado por todos lados, acusado de colaboracionista, de censor, de destructor del p2p, del terremoto de San Francisco y del cambio climático antropogénico.

El lado bueno de la crucifixión es que mueres al aire libre.
Pero mientras los Tontos Útiles© del Frente del Pueblo Judaico, el Frente Popular del Pueblo Judaico, el Frente Popular de Judea y la Unión Popular de Judea sigan intentando arreglar algo que ni tan solo debería existir, y se dedique a fusilar al que, hasta hacía dos días era su colega y compañero de armas, dos o tres que ya sabemos estarán riéndose en algún despacho, para luego seguir realizando labores de propaganda, manipulación de la opinión pública y maniobras de distracción, consiguiendo que las hojas no nos dejen ni siquiera ver el árbol. Y si ni vemos el árbol, no podremos ver el bosque.

Por cierto, a pesar que sea una muerte lenta, horrible y dolorosa, la crucifixión es al aire libre. Vayan pasando, alíniese a la izquierda, una sola cruz por persona.



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Deconstruyendo la cultura libre (2 de 2)

En la primera parte de éste Deconstruyendo la cultura libre, ayer me quedé en el punto en que Javi habla sobre la difusión de contenidos, por lo que hoy enlazo con el que habla sobre la libertad de expresión, punto en el que Javier se equivoca, hasta arriba, porque las hojas no le dejan ver el árbol, y mucho menos el bosque.

Tras las legislaciones tramposas y bazofias como la Digital Millennium Copyright Act, el Anti-Counterfeiting Trade Agreement, la Haute Autorité pour la Diffusion des Oeuvres et la Protection des droits sur Internet, la Digital Economy Bill, la Combating Online Infringement and Counterfeits Act, et cétera, se esconde un peligro. Y ese peligro es que dichas legislaciones crean órganos administrativos competentes por ellos mismos, que actúan con independencia total y que tienen la capacidad ejecutiva de cerrar cualquier sitio web del planeta en tan solo dos o tres días.

Por ejemplo, el sitio web A, creado y mantenido por la persona F en el país J, está alojado en un servidor situado en el país Z. Un intermediario cultural, o un abogado troll del copyright que habita en el país N, lanza una demanda por infracción de copyright. Como los países J, N y Z son firmantes del ACTA, la demanda del troll del copyright, lanzada desde el país N, provocará que los órganos administrativos competentes del país Z, que aloja el servidor, manden a la policía y lo cierren simplemente tras recibir un FAX informativo, y que las autoridades del país J citen a la persona F en un juicio y le caiga un multazo tremendo.

¿A que no se entiende? Pues eso.
Pero lo peor de todo no es que no se entienda, o que los vericuetos legales permitan que mandando un FAX a la otra punta del mundo puedas cerrar un servidor alojado en un país vecino (cosas de La Globalización©), si no que cualquier cosa puede ser considerada como infracción de copyright. Y no hace falta cerrar webs, que se puede, si no solamente cortar los diferentes grifos, económicos o no.

Lo que las legislaciones trampa permiten, es la caza de brujas, sin tribunal (ni civil ni inquisitorial). En una sociedad zombie, como infracción de copyright vale absolutamente todo, desde Julian Assange o Bradley Manning hasta el vecino de arriba que te jode los fines de semana con la música, ya que las demandas de infracción de copyright funcionan de igual manera que las delaciones por brujería en la edad media, las delaciones por judío en la Alemania Nazi, por rojo o masón en la EH!paña nacional-católica, por comunista durante el McArthismo o la acusación de ser un espía suizo por llegar en punto a trabajar en la Rusia Stalinista:

  • no se requiere absolutamente ninguna prueba
  • no es necesario identificarse para efectuar la denuncia
  • proporcionan entretenimiento asegurado por mucho tiempo al denunciado

Y ese entretenimiento va desde un simple periplo de años por el sistema judicial, hasta largas estancias a pensión completa en centros penitenciarios, o la ruina económica total.

Son precisamente estos tres conceptos los que impulsan a estar en contra de ACTAS, DMCAs, COICAS, HADOPIs y leyes de economías sostenibles variadas.

Y para ir ya terminando los puntos que quedan, si se prohíben las descargas, pues igual no se recorta el derecho de acceso a la cultura… igual hasta aumentaría el uso de dicha tecnología, ya sabéis que lo prohibido pone… pero de eso a justificar que la explosión cultural de los 80 en EH!paña se hizo sin necesidad de Internet… que quereis que os diga…
Primero que en los 80 Internet no existía, ni en EH!paña ni en ningún lado. Y segundo, que me cago en la mierda de explosión cultural ochentera española…millones de veces.

El porqué ahora y no antes, bueno, depende de cuanto tiempo atrás vayamos. Todo este rollo de la Ley Sinde nació, ni más ni menos, con el segundo gobierno de Aznar, impulsada por la ministra Ana Birulés que, coincidencias de la vida, pudo haber entrado en el Govern del Presidente Artur Mas.

Y ciertamente, hay mucho revolucionario de sofá (que tienen sus propias herramientas de ejem-activismo-ejem), muchos que silban o se ríen en la cara de personas que han dedicado años y todos sus ahorros a un proyecto. Tengo la desgracia de haber tratado con algunos y no es agradable.

Pero al contrario que Javier, yo si creo que la Cultura es y debe ser libre. Pero por Cultura no hablo, solamente, de música, películas, Internet o blogs. Hablo, por ejemplo, de libros de texto para escuelas (¿nadie se ha preguntado por qué son tan caros y por qué los editores no quieren dejar escapar ese trofeo? ¿De verdad?). El ‘Arte’ no es lo único que tiene copyright, y hay cosas interesantes por ahí, a parte del rollo modernista que va de sarao en sarao.

Pero una de las cuestiones principales, en la que estamos de acuerdo, es en que soy yo, el que escribe esto, quien decide a grandes rasgos qué se puede y qué no se puede hacer con mis cosas, y no quiero que nadie me diga qué tengo que leer ni cuando tengo que hacerlo. Y lo más peligroso de todo, no quiero que me acusen de terrorista o perturbador del statu quo por hacerlo.

Las legislaciones como la Disposición Final de la Ley de Economía Sostenible, Ley Sinde o Biden-Sinde o como narices se les enteste llamarla, hijas de cosas como el ACTA, son perniciosas para todos.

Si a alguien le suena el NAFTA, la PAC o las fechorías del FMI, el ACTA y sus derivados son, simplemente, su versión para bienes digitales y están todos diseñados para beneficiar única y exclusivamente a las grandes industrias del ocio y entretenimiento de los Estados Unidos.


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Deconstruyendo la cultura libre (1 de 2)

El pasado viernes 31 de Diciembre llegué, a través de Narcís que retwiteó a Jorge Galindo, al post de Javi, Desmontando la cultura libre.

Me guardé el enlace porque parecía interesante y bien valía la espera… aunque tenía planeado publicarla antes. Luego se me fue la mano y me ha quedado una cosa algo larga, que dividiré en 2 partes.

Para empezar, contexto.

  • Uno de los conceptos base de la Cultura Libre® es lo de no decidas por mí, aplicado a editores, productores y demás auto-nombrados guardianes de la cultura.
  • Creo en la equidad, no en la igualdad (y mucho menos en que unos sean más iguales que otros), y…
  • …el libre mercado es aquel en que, partiendo de situaciones similares, todos tienen la oportunidad de tirar adelante en una competición libre. Por lo tanto…
  • …aunque gracias a Internet, todos tengamos la oportunidad de ser autores, uno o ninguno se forrará la casa con billetes de 500€, algunos tendrán cierto éxito y la enorme mayoría se quedarán igual.
  • Creo en la propiedad, pero tengo mis dudas sobre la propiedad intelectual. Al menos en su definición actual.
  • Publico mis opiniones, comentarios y visiones sobre contenidos de terceros, así como mis contenidos propios, usando licencias libres (incluyendo el Dominio Público) desde 2004.
  • Free as in freedom, or as is free beer?

En el artículo de La Cosa Pública se van desgranando los típicos tópicos de la Cultura Libre, así que haré el camino inverso.

Sobre el Libre intercambio de información, personalmente no comparto la visión que aparece en el artículo. En todo caso, si que sería interesante hablar sobre las participación de dinero público en la producción cultural, como por ejemplo las subvenciones al mundo del cine.
No creo que sea plan de exigir que toda peli producida con dinero del estado sea gratis, pero si una película recibe dinero que venga de los contribuyentes, ¿no sería lógico que dichos contribuyentes tuvieran un descuento igual al porcentaje de la subvención? Ahí lo dejo.

El segundo punto, el de los derechos adquiridos o retirados, es el que tiene más chicha. Tras unas cuantas vueltas por el mundo de las licencias libres, empezando por la GNU-FDL, la nota de copyright que usa Stallman, Creative Commons y el Dominio Público devolucionista, actualmente éste blog se publica bajo CC Reconocimiento-No Comercial-Compartir Igual.

¿Qué significa ésto? Pues que aquí el nene es el autor, y que cualquiera puede copiar, distribuir y transmitir (e incluso leer) lo que aquí escribo, siempre y cuando respete mi autoría (me señale como autor), no haga un uso comercial (no se apropie ni saque dinero de mi humilde trabajo) y lo haga manteniendo una licencia igual a ésta (concepto de licencia vírica), y lo puede hacer sin pedirme tan siquiera permiso.
Obviamente, las tres restricciones pueden eliminarse en el caso que alguien me escriba a mi y me de argumentos suficientes para hacerlo.

He marcado tres cosas en negrita:

incluso leer: dicen que el sentido común es el menos común de los sentidos. Y la confirmación del refrán es que existen libros que, para poder leerlos, necesitas pedir permiso¡al editor! Las notas de copyright han sobre-evolucionado hasta llegar a ser la cosa más tremenda y complicada que existe en el interior de la mayoría de libros. Desde que encontré dicha nota, las colecciono. Hay muy pocas iguales.

sin pedirme tan siquiera permiso: las mismas notas de copyright que acabo de comentar, impiden legalmente cualquier uso del texto a menos que se reciba permiso por escrito… ¡del editor! No es así en las licencias CC, e imagino que tampoco en las Coloriuris (las conozco pero no las investigué).

me escriba a mi: en los dos puntos anteriores, el lector avezado se habrá percatado que, en todo caso, siempre hay que escribir al editor. En el mundo editorial, musical y en todo el espectro cultural, o de la Industria de la Cultura, los editores, productores y demás intermediarios guardan celosamente la ventaja de gestionar los derechos de sus escritores, músicos, cantantes, etc… La gestión de esos derechos proporciona una ventaja incalculable, tanto que puede significar que un trabajo se publique o que se quede en un cajón por decisión del guardián de la puerta. Que se lo pregunten a Douglas Rushkoff, cuyo ensayo Ciberia, la vida en las trincheras del ciberespacio, estuvo en un cajón de estos desde 1992 a 1994, ya que según palabras del editor, “esto del Internet y el correo electrónico no tiene ningún futuro”.

Bien cierto que nadie puede decidir por el autor. Así que, ¿qué pasa con tanto gestor cultural que decide qué se publica y qué no, o que decide quién es autor y quién no lo es? Algunos lo tenemos bastante claro, pero hay quien no y defiende a capa y espada a los mismos que deciden por ellos (y de paso se quedan con un buen pellizquito de lo que ganen). La mayoría son autores de betselers, grandes autores que no necesitan la ventaja que comentaba Doctorow en el enlace anterior.
Pero la red proporciona a los pequeños autores, la inmensa mayoría, la misma oportunidad que hubiera sido en su época tener una imprenta de caracteres móviles en casa… pero sin ocupar todo el salón ni los gastos de tinta, papel ni nada. Basta un ordenador portátil, un teléfono móvil y un cable que los una, y los intermediarios tienen bastantes números para saltar por los aires.

En el punto de las supersticiones, Javier y yo volvemos a coincidir. No creo en supersticiones, pero no es lo mismo Cultura que Bagage Cultural. Y si, la cultura y el patrimonio cultural son patrimonio de la humanidad, y hay que protegerlos. Lo que no significa “todo vale“, en ninguno de los sentidos. Ni todo tiene que ser gratis, ni tienen que haber subsidios, subvenciones ni cánones culturales ni tarifas planas para pagar el sustento a los artistas.

Soy de los que tienen la mala costumbre de vivir de su trabajo. Y creo que todos deberíamos hacerlo. Incluso Los Artistas (los de verdad y los faranduleros, aquellos de palmadas en el hombro a la voz de “que pasa, ¡artista!”).
¿Que tu trabajo artístico no te da para vivir? Bienvenido al mundo real amigo. Es hora de hacer turnos dobles en curros de mierda, como el 80% de la población mundial.

En el siguiente punto, trabajo y derechos, estoy casi de acuerdo. Y digo casi, porque creo en la creatividad. Si, hay mucho cacareador / repetidor, y también muchos guruses de los que hablan horas y horas sin decir nada. Pero oye, les funciona.
La cultura del copypaste tiene su rollo. Y para copiar y pegar cosas muy diferentes y que el resultado sea cuando menos interesante, hay que tener creatividad. Y la creatividad, como la realidad, existe.

Y como dije en su día en el artículo enlazado, la propiedad intelectual, si existe, la puede proteger el autor mismo, decidiendo qué uso se le da a su trabajo. Todo lo demás es un residuo artificial, creado por algunos abogados que quieren ganar dinero a costa del trabajo de la creatividad ajena.

Y para proteger y difundir, siguiendo con los puntos de Javier, existe toda una constelación de licencias y contra-licencias más o menos libres, más o menos víricas. Pero claro, ¿quien asegura que lo que escribo en este blog es obra mía? Y de ese mismo modo ¿quien asegura que lo que escribe Pérez-Reverte lo escribe él? Oh, ¡blasfemia! Pues no tanto.
Por qué tiene más credibilidad una persona que otra, ¿por haber vendido más libros? ¿Por tener la barba más frondosa? ¿El pelo más largo? ¿El culo más o menos peludo? Se podrían poner todas las opciones posibles del universo, más o menos arbitrarias, para decidir quién tiene más razón o menos en el momento de asegurar que alguien ha escrito algo. Es un simple hecho de confiar en la palabra de uno o de otro, y ambas palabras valen exactamente lo mismo.
Pero como mi barba es mucho más frondosa, en este caso concreto gano yo, que para eso escribo en mi blog. Y punto.

Y mañana más.


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