Lluís Foix tampoc en té ni idea: el fals debat sobre la llibertat d’expressió a la BBC

Carta enviada al director i al defensor del lector de La Vanguardia, en relació a la columna de Lluís Foix, del dimecres 15 de març de 2023 sobre Gary Lineker i “els atacs a la llibertat d’expressió” a la BBC.

Señor Director,

en relación con la columna de Lluís Foix del dia 15 de marzo de 2023, el columnista trata el caso como si estuviera implicada la libertad de expresión del exfutbolista.

La realidad sobre el tema, de la que nadie habla, por cierto, es que la política el Reino Unido que Lineker critica no se parece en nada a la de Alemania en los años 30. En primer lugar, porque afirmar eso es afirmar que los judíos alemanes no eran ciudadanos alemanes de verdad. En segundo lugar, porque la mayor parte de países europeos (y americanos), negaron la entrada a puerto de los barcos con refugiados judíos supervivientes de la guerra. Y en tercer lugar, porque la política actual del Reino Unido se parece mucho más a la política migratoria que el mismo Reino Unido practicó con los refugiados judíos, desde principios del siglo XX hasta la fundación del Estado de Israel en 1948. Tras vetar la inmigración judía, la Royal Navy negó el atraque en puertos del Mandato Británico para Palestina de diferentes barcos con refugiados judíos (a partir de 1945 muchos eran supervivientes de los campos), y en ocasiones hasta llegó a disparar y causar el hundimiento y la muerte de algunos de los refugiados.

Gary Lineker se equivocó con la comparación, y lo mismo hacen todos los que le defienden. No es libertad de expresión: es un error total y completo, indefendible.

Lineker i The Rest is History

Gary Lineker és el propietari de l’empresa que produeix un dels millors podcasts sobre història. Aquest missatge que repdodueixo a sota, l’he enviat als responsables del podcast.

Good afternoon.

I’m a spanish listener of this great podcast. As a jew, and due to the owner of the producing company messup, I must rise up and voice my concern for his totally inaccurate opinion. Maybe The Rest is History could do an episode on the creation of the State of Israel and explain the position of the UK on jewish immigration, from late 1800 to 1948.

That policy might actually be what mr. Lineker wanted to address in his tweets?

I will keep listening, because Tom and Dominic make a GREAT job. Unfortunately, I can not subscribe to The Rest is History Club and give my money to a person with such a wrong grasp of reality.

Informació, desinterès i la Catalunya eterna

En aquesta columna, Francesc-Marc Álvaro demana, al final, que si Espanya “fos un Estat plurinacional de veres”, s’expliqui, a les aules de tota Espanya, el catalanisme cultural dels anys seixanta. Estic d’acord. De la mateixa forma, caldria esperar que, també a les aules catalanes, s’hi expliquessin coses com la revolta dels Comuneros de Castilla, l’efímera República Cantonalista Murciana, o l’efecte de les mesures de protecció a les filatures catalanes a la indústria asturiana i andalusa al segle XIX.

I si parlem específicament dels seixanta, potser caldria explicar als catalans que, mentre ells vivien en un entorn bastant dinàmic, a gran part de la resta del país gairebé tothom vivia en barraques (hi havia barraquisme més enllà del Somorrostro i Les Corts). Potser caldria explicar qui va ser Mario Gaviria i la seva influència en l’ecologisme, del qual n’estem tan cofois, a Catalunya.

Perquè de persones desinformades, senyor Álvaro, n’hi ha a tot arreu. En especial a Catalunya, pel que fa a qualsevol cosa que passa a qualsevol lloc que no sigui Catalunya. Perquè quan et centres tant en tu mateix, acabes pensant que no existeix res més a part de tu mateix, i acabes sortint enfadat d’un bar a un poble de la província de Burgos, un onze de setembre, perquè a la tele no han posat notícies de la diada nacional de Catalunya. Algú sap, sense mirar-ho a Internet, quan és el dia de Castella? I el de Lleó?

Una cosa són persones desinformades, i una altra cosa són els interessos que tenen les persones. I aquests interessos seran diferents en persones diferents. Però contra el desinterès no s’hi lluita amb “informació”, senyor Álvaro. S’hi lluita creant incentius per despertar-lo. Però això, a vostè, potser no li interessa. I les seves raons tindrà, igual de vàlides que les de la resta de ciutadans.

Diuen que l’Espanya eterna és rancia, retrògrada i que ignora la resta. La Catalunya eterna és la Catalunya que no va més enllà de l’autoreferència, de pensar en el seu destí manifest, i que ignora la resta. No hi ha gaires diferències, si ens hi posem.

P.S.: a “Nosaltres, els valencians”, Joan Fuster ens dóna un tast d’aquesta Catalunya eterna, que es mira el melic daavant el mirall. Cap al principi del capítol “Costum de subversió”, Fuster reivindica que, al 1520, amb les Germanies, només els regnes perifèrics s’erigien “enfront al monarca amb la seva cuirassa foral”, alçant-se en armes contra l’absolutisme castellà.

El problema per a la teoria fusteriana és que al 1520 ja feia un parell d’anys que, precisament a Castella, s’havia iniciat una sèrie de revoltes contra Carles I. En protesta per les imposicions reials, i en defensa d’un altre monarca —la reina Joana, hereva legítima—, aquestes revoltes van desembocar, just el 1520, en les guerres de les comunitats de Castella.

A Fuster tampoc li van explicar la història castellana, ni es va preocupar per documentar-se, segurament per manca d’i terès. Mirar-se a un mateix està bé, sobre tot per evitar acabant dient collonades siderals, per molt que siguis “Joan Fuster, el de Sueca”.

Joaquín Luna y la tortura

Que Joaquín Luna es un picha-pasá no es noticia. Lo demuestra en cada ocasión que le llega. Por norma general, las opiniones de cualquier picha-pasá pueden —y deben— ignorarse, ya que al no tener ninguna base sólida de cualquier tipo, suelen desmoronarse rápidamente. No es el caso en su columna del sábado 4 de febrero, titulada “La vida sexual y la justicia”, en la que achaca de “ridiculez ideológica” las denuncias interpuestas por mujeres que mantuvieron relaciones sexo-afectivas con un policía infiltrado, estando él en el ejercicio de sus funciones. La ridiculez, para Luna, se deriva en que:

  • las denunciantes aducen tortura
  • las denunciantes, aunque engañadas, consintieron

Luna tiene los cojones de quejarse, encima, del “flaco favor que le hacen las denunciantes a las mujeres violadas”. A Luna, y a su picha-pasadismo, le “inquieta que los tribunales de Barcelona den la razón a las demandantes y sienten jurisprudencia”… Bien. A mí, y a cualquier persona en su sano juicio, debería cuando menos preocuparle que el Estado ordene a sus trabajadores que mantengan relaciones sexuales y afectivas para investigar a ciudadanos. Y, peor aún, ordenar a policías que mantengan relaciones sexuales con A para investigar mejor a B.

A ver si logro decirlo bien y que se me entienda: no todo vale. Incluso en la lucha antiterrorista, no todo vale. Y eso incluye prácticas tan fuertes como ordenar a funcionarios mantener relaciones sexuales con ciudadanos que no están siendo investigados por ningún delito. Y si lo estuvieran siendo, tampoco estaría justificado. Y sí, Joaquín. Es tortura. ¿Por qué? Por varias razones. La más importante, es que el policía estaba en el ejercicio de sus funciones. Es decir, que actuaba en nombre y en representación del Estado. Y esto, señores, señoros y picha-pasás, es de las cosas más graves desde los GAL.

Lo voy a repetir: el Estado no puede cruzar ciertas líneas en la investigación de los delitos. Si la conocida como “ley de la patada en la puerta” nos protege, a todos, de la acción indiscriminada de la policía y garantiza la inviolabilidad de nuestra casa, nuestros cuerpos —si, señoros, los suyos también— deben estar también protegidos contra la acción arbitraria del Estado.

La Constitución Española, aquello que tantos dicen adorar, muy pocos han leído, y aún menos comprenden –y menos aún se creen–, dice en su artículo 10.1 que “la dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los demás son fundamento del orden político y de la paz social”.

El artículo 15 establece el derecho a la integridad física y moral y prohíbe la tortura y los “tratos degradantes”. 

El artículo 16 garantiza la libertad “sin más limitación que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley”.

El artículo 17 garantiza el derecho a la libertad y a la seguridad.

El artículo 18 garantiza el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar.

Y quizá el más importante, y por eso aparece antes, el artículo 9.1 establece que los poderes públicos están sujetos al ordenamiento jurídico. Es decir, que el Estado y todos sus funcionarios están sujetos a la ley. ¡Sorpresa!

Queridos Luna y todo el resto de la caterva de picha-pasás y ranciedades variadas. El tema no es si hubo consentimiento. De hecho, ¡es irrelevante! El Estado no puede follarse a los ciudadanos sin que sepan que es el Estado quien se los está follando, y la razón por la que lo hace. Lo digo así para que se entienda fácil y rápido. No puede hacerlo, y no hay discusión. Porque hacerlo atenta contra todo principio democrático y del Estado de Derecho. Y además, la situación debería levantar muchas preguntas sobre aquellos que, supuestamente, trabajan para protegernos.

No es el consentimiento, pedazo de cabestros. Es la confianza necesaria para salir a la calle tranquilos, sin tener que preocuparte de estar pensando en si aquel o aquella con quien te acostaste ayer, pueda ser un inspector o inspectora de hacienda investigándote por aquel IVA que no declaraste hace dos trimestres.

Es la confianza básica necesaria de saber que los funcionarios y agentes de policía que deben velar por nuestra seguridad no son personas que ni tan solo cuestionan órdenes de tal bajeza moral, ética y legal como follarse a alguien para conseguir información en una investigación.

Es la confianza básica necesaria para mantener un orden social sano y libre para todos, Joaquín. Y también habría que dudar que esto sea del todo legal. Pero para eso están los jueces. Para dictaminar si las acciones, también las del Estado, son legales, y así establecer jurisprudencia. Porque las cosas no son legales simplemente porque las haga el Estado, Joaquín. Eso es lo que decía Nixon. Y mira como terminó. 

De esta forma tendremos un poco más de garantías de vivir en un país en el que el Estado no se folla a sus ciudadanos cuando le da la gana.